jueves, 20 de mayo de 2010

¿Volar alto?


Evidentemente el transporte aéreo hizo que el mundo cambiara la medición de las largas distancias en términos de tiempo y no de longitud. Nadie discute sobre la necesidad de garantizar flujos eficientes de pasajeros y carga a través de este medio. Lo que se pone en cuestión en el transporte aéreo, y particularmente en las aerolíneas, es la viabilidad financiera del negocio.

Según reportes del Daily Financial, la industria de las aerolíneas registró pérdidas por USD 9.4 billones en el 2009 y se espera que durante el 2010 alcancen pérdidas por USD 2.8 billones.

Este negocio asimismo tiene una paradoja algo difícil de resolver. Cuando la economía esta boyante los precios del petróleo se elevan provocando una alza en los costos operacionales. Por otra parte cuando la economía anda mal, muchos potenciales pasajeros no cuentan con el dinero suficiente para pagar el tiquete. Ambos casos afectan sensiblemente las utilidades.

Resulta entonces natural que en esta industria haya una tendencia de fusiones y adquisiciones con fin de lograr economías de escala y consolidar la participación de los actores en el mercado. Solo en lo que llevamos de este año, en Europa hemos presenciado el caso particular de Iberia y British Airways, a nivel regional la reciente unión entre Avianca y Taca y se desarrolla la consolidación de lo que sería el conglomerado más grande del mundo entre United Airlines y Continental en los Estados Unidos.

Sin embargo, algunos especialistas señalan que en el largo plazo estas fusiones entre los grandes actores del mercado propiciaran prácticas monopólicas que traería consigo la terminación de compañías más pequeñas. Como evidencia reciente de este fenómeno la Air Transportation Association en Estados Unidos ha registrado desde el 2000, un total de 37 aerolíneas que se han declarado en bancarrota y otras 9 que han sido liquidadas. La carencia de competidores propiciaría entonces a un aumento de mala calidad en los servicios y en las tarifas aéreas en caso que un regulador no exista.

A pesar del lúgubre panorama que enfrenta este negocio, la necesidad obligada de las aerolíneas ante la ausencia de alternativas eficientes de transporte en gran escala pareciera ser una de la razones del porque este negocio sigue existiendo. Hasta tanto la tecnología no desarrolle nuevos medios (como trenes super-eficientes), el transporte aéreo no estará seriamente amenazado.

Podría ser que esta industria retome un aire de la mano de aviones de última generación que tengan un consumo eficiente de combustible, como el caso del Boeing 787. Sin embargo, eso no desvincula el problema de la alta dependencia del petróleo. Una mano amiga de parte del gobierno que regule tarifas podría ser también de gran ayuda para mantener pequeñas aerolíneas operando. ¿Que traerá entonces la historia del negocio que inició por nuestra fascinación de imitar el vuelo de las aves? Incierto no lo es por el momento, pero costoso y problemático sin lugar a dudas.

Publicado en:
http://www.nacion.com/2010-05-26/Opinion/Foro/Opinion2384743.aspx
http://www.prensalibre.cr/pl/comentarios/25685-ivolar-alto.html
http://wvw.elfinancierocr.com/ef_archivo/2010/julio/11/opinion2374722.html